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Las Dos Culturas de/en la Psicología
4 comentarios Published by dacarras on Friday, December 22, 2006 en 1:46 PMLas Dos Culturas de/en la Psicología
The Two Cultures and Psychology´s Two Cultures
Carlos Cornejo A.*
The Two Cultures and Psychology´s Two Cultures
Carlos Cornejo A.*
Resumen
El recurrente diagnóstico que la psicología es una ciencia en crisis puede ser analizado como la pugna entre dos concepciones de psicología: la cientificista y la comprensiva. Ambas coexisten desde los inicios de la disciplina, definiendo objetos y métodos de estudio divergentes y constituyendo hoy culturas antagónicas. El análisis historiográfico muestra que ambas culturas corresponden a una expresión intradisciplinaria de la dicotomía de las culturas científica y humanista en la sociedad occidental. El análisis muestra también que el reconocimiento de las múltiples dimensiones implicadas en el fenómeno de estudio psicológico apela a la integración de la precisión metodológica de la cultura cientificista y de la adecuación objetal de la cultura comprensiva.
Palabras clave: Dos culturas, psicología científica, psicología hermenéutica* Psicólogo, PhD, Escuela de Psicología, Pont. Universidad Católica de Chile. email: cca@uc.cl
Cornejo, C. (2005) Las Dos Culturas de/en la Psicología Vol. XIV, Nº 2: Pág. 189-208. 2005
Articulo disponible en version pdf aquí.
(...)Entre esos supuestos metateóricos fundamentales se encuentran ciertamente las creencias (cuasi-)ontológicas sobre lo real. Tradicionalmente, estas creencias has sido categorizadas en visiones monistas y dualistas del universo (Groeben, 1997).
La concepción científica de la psicología fundamenta su prodecer en el monismo ontológico, vale decir, en la creencia que la realidad es susceptible de ser analizada exhaustivamente como una única ontología. En ese marco metateórico, la psicología científica sería una expresión del monismo materialista, pues supone que toda la realidad –incluida la psíquica– es analizable en términos de elementos extensos, que se despliegan en el tiempo y en el espacio. Por su parte, la concepción comprensiva sería una expresión psicológica del dualismo ontológico: Tanto la hermenéutica como la fenomenología parten de la suposición que en la realidad existen dos tipos de ontologías, la material-extensa y la inmaterial-psíquica. El dualismo adquiere su forma más explícita en la división cartesiana res cogitans y res extensa. Si bien los supuestos ontológicos que distinguen al monismo del dualismo atraviesan toda la ciencia, es correcto señalar que es en el ámbito psicológico donde su coexistencia se hace más evidente y potencialmente problemática.
(...) Algunas consecuencias de la implementación de la metodología de las ciencias naturales sin debatir su adecuación al objeto de conocimiento son: la reducción del objeto de estudio psicológico; su automático abordaje en términos de relaciones deterministas causa-efecto, en busca de predictibilidad y control; la focalización exclusiva sobre los aspectos mecánicos del actuar humano, ignorando aquellos no-mecánicos e impredecibles; la (hiper-)acentuación de las semejanzas del objeto de estudio psicológico con objetos de comportamiento predecible (máquinas, animales, computadores, etc.). Pero ciertamente la más radical de las consecuencias de la asunción del método científico tradicional sea la incapacidad de tematizar la dimensión de sentido/significado implicada en la acción intencional humana.
(...)Un dilema constitutivo de la psicología comprensiva es su aceptación del dualismo ontológico. En términos filosóficos, la aceptación del dualismo genera problemas insalvables, lo que ha hecho que esa posición haya sido progresivamente abandonada. El tradicional problema mente/cuerpo (abandonado tempranamente por la psicología y hoy retomado por las ciencias cognitivas) bosqueja nuclearmente los dilemas del dualismo: si dos tipos de ontologías existen en la realidad, y ambas se sitúan en un objeto del mundo, a saber el sujeto humano, entonces, ¿cuál es la relación (causal) que las une? El dualismo ontológico sólo es sostenible mientras no se plantee tal pregunta, es decir, mientras exista una separación dicotómica que excluya de plano siquiera la posibilidad de preguntar por la relación entre ambas ontologías. Este es un problema endémico de cualquier variante dualista: paralelismo psicofísico, epifenomenalismo, etc. En este sentido, hoy en día es consensual que el dualismo ontológico es una posición filosóficamente inviable por razones empíricas y lógicas (Hölscher, 1997). Eso pone a la concepción comprensiva en una posición desventajosa respecto a la posición cientificista.
(...)“Creo que la vida intelectual de la sociedad occidental entera se está dividiendo cada vez más entre dos grupos extremos […] Los intelectuales literarios en un extremo –en el otro, los hombres de ciencia, y, como los más representativos, los físicos. Entre los dos, un abismo de incomprensión a veces (en particular entre los jóvenes), hostilidad y antipatía, pero sobre todo falta de comprensión” (Snow,1963, 12s.)
(...)Newton (Berlin, 1983) . Toulmin (1990, 2001) reconstruye la pugna entre la ciencia y las humanidades como la herencia de la pugna entre el modelo racional iluminista de los filósofos del Iluminismo y el modo humanista de hacer conocimiento típico del renacimiento en el Siglo XVI.
(...)convertir al sujeto en (sólo) objeto, esto es, omitir los aspectos de autoreflexión, comunicación, creación, impredictibilidad, disensión, etc. de los objetos de estudio. Por otra parte, el sobreénfasis en el carácter interpretativo de la acción humana conduce frecuentemente al idealismo subjetivista –donde se tiende a ignorar los aspectos mecánicos, automáticos e irreflexivos del comportamiento humano al idealismo culturalista/sociológico –que diluye la significatividad individual en construcciones macroestructurales de significado social (ej. ‘el individuo no existe’).
(...)Nuestra cultura cientificista debiera aceptar la existencia del sentido/significado como una dimensión ontológica constitutiva del objeto de estudio (y, como consecuencia metodológica, de su interpretabilidad subjetiva e histórico-cultural). Nuestra cultura comprensiva-hermenéutica debiera asimismo aceptar que el sujeto de estudio tiene también dimensiones objetivas susceptibles de cuantificación y explicación naturalista (conductual y neurobiológica, por ejemplo). El objeto de estudio de la psicología no se agota en sus dimensiones observables en tercera persona, como tampoco se agota exclusivamente en sus dimensiones experienciables en primera persona.
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